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domingo, 11 de marzo de 2007

La ultraderecha controla la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid

Existe dos libros autoeditados por un grupo de amigos titulado “La secta pedagógica” y "La gran estafa" que son muy reveladores para entender las opiniones y medidas adoptadas por la actual Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid durante estos cuatro años de legislatura.

Según estos libros habría una gigantesca conspiración, desde los años 60, (aunque sus inicios se remontarían a mitad del siglo XIX) llevada a cabo por la izquierda para bajar el nivel cultural de la juventud y, como consecuencia, hacerse con el control de la sociedad. En esta conspiración, que se produce aquí y en todo el mundo, entrarían pedagogos, psicopedagogos, profesorado de primaria, inspectores, los sindicatos, la UNESCO y ¡hasta la OCDE!. 


Esta conspiración que tendría por bandera el “igualitarismo” sería la responsable de la bajada de nivel de la enseñanza y del aumento de la “indisciplina” en las aulas.


El primer libro está escrito por Mercedes Ruiz Paz (que ha sido Jefa de Sección de Ordenación Académica en la Consejería de Educación), el segundo por Alicia Delibes (Directora General de Ordenación Académcia en la misma consejería), pero el círculo de conexiones cuya ideología representa y expresa es más amplio y con grandes competencias en las directrices ideológicas y políticas de Administración educativa madrileña por lo que es interesante conocerlo.

Es interesante conocer su entorno y conexiones para asociar determinadas ideas y actuaciones. Mercedes Ruiz sucedió a Alicia Delibes, en la “columna de educación” de la COPE y del pánfleto digital de Jimenez Losantos cuando Alicia Delibes fue nombrada Directora General de Ordenación Académica, merced a la influencia de su marido Regino García-Badell (mano derecha y portavoz de Esperanza Aguirre durante su paso por el Senado y Comunidad).

Por otro lado, La esposa de Jimenez Losantos, María Torres, también ha sido afortunada con un puesto en la DGOA, jefa de Servicio de Formación del Profesorado. Lo que parece un “culebrón” no es, para desgracia de los madrileños y madrileñas, más que un ejemplo de amiguismo y enchufismo en los puestos de libre designación de La enseñanza madrileñadonde la derecha más rancia y sectaria de España tiene su bastión con su consiguiente apoyo mediático.

Pues bien, el conjunto de opiniones vertidas en los mencionados libros se sitúa al otro lado de la ciencia. La condena sin argumentos de la comprensividad, de la didáctica, de las medidas compensatorias… es la norma. La orientación psicopedagógica queda descalificada porque se considera un pretexto para que los profesionales de la psicología tengan trabajo en la enseñanza. La baja formación de los maestros y maestras de primaria abriría la posibilidad de poner en práctica medidas innovadoras en esta etapa educativa. Todo esto desde la perspectiva de su autora.

Además de la descalificación de todo lo que no son sus postulados antropológicos y seudo pedagógicos, podemos encontrar en este texto el auténtico programa que guía las actuaciones de la actual Consejería de Educación y las auténticas verdaderas razones que han llevado a los representantes de este pensamiento a buscar seudo argumentos para lograr sus espurios fines: promover la hegemonia de la escuela privada católica dejando la escuela pública como guetto para pobres e inmigrantes.

Por ejemplo Delibes, en una columna titulada “A vueltas con la calidad de la enseñanza” (09/05/2002) define así Colegio de calidad: “colegio privado con buenos profesores, mayor o menor nivel de exigencia, que se haga deporte, que se aprenda bien inglés, que se imparta, o no, una enseñanza religiosa, etc.”

Esta campaña contra la escuela pública envuelta en el engañoso argumento de “la libertad de elección de centro” se evidenció ya cuando el consejero Luis Peral afirmó, en la Comisión Conjunta de Educación y Juventud el 17 de diciembre de 2003, que “la Consejería de Educación apoyará esta libertad de elección, garantizando que los padres que lo deseen puedan llevar libremente a sus hijos a un colegio concertado, evitando que la desigualdad de oportunidades de aquellas familias con menores recursos económicos les conduzca inevitablemente a no tener otra opción que optar por la escuela pública”.

De lo que se deduce que la única forma de asegurar dicha “libertad de elección de centro” es disponer de tantas plazas privadas como públicas para que cualquier familia pueda “elegir” (claro que no se trata de elegir centro que se quiere sino el no ir a la escuela pública y que los ciudadanos te paguen dicha elección). En un segundo paso, podemos suponer que, puesto que hay un importante número de familias que eligen la privada católica, la consejería se ahorrará la inversión en la pública, lo que ya está sucediendo en muchos municipios o barrios como el Ensanche de Vallecas (que ya tiene su colegio concertado pero no tiene ni previsto un colegio público), en los que se está cediendo suelo público para la este tipo de escuela privada.

Mientras se dedican más fondos a la privada que va acogiendo más alumnos simultaneamente se deja sin recursos el esfuerzo de los niñoss que tienen menos medios y de los y las profesionales que los y las atienden.

La Consejería también ha decidido no aplicar la prueba Pisa de la OCDE; por motivos económicos y porque ya hacen sus propias pruebas. Si queremos saber el argumento real basta buscar “Alicia Delibes” y “PISA” y nos sale una columna de febrero del 2005 en Libertad Digital donde aparece la justificación.

Según la Directora General de Ordenación Académica, de por qué el propio Reino Unido no aplicó la prueba PISA 2003 porque se critica por era compleja y controlada por los expertos en estadística, mientras que ellos se defienden pruebas “sencillas”. “Más bien diría yo -expresa la autora- que las administraciones del Reino Unido rechazan intencionadamente esas complejas y modernas evaluaciones que informan sobre los resultados colectivos, porque, en orden a la mejora de los resultados académicos, confían más en la sencillez y simpleza de unas pruebas individualizadas de formato más tradicional.”

Así es que no sólo están en contra de la didáctica sino que también lo están contra la estadística, contra de variables relacionales, desviaciones típicas, modas y medianas como demuestra la inconsistencia estadística de la famosa prueba de sexto que han pasado en dos ocasiones a los niños madrileños "manu militari".

Habría que recordarle a Alicia Delibes que, a pesar de su lícito deseo de “simpleza”, por emplear sus mismas palabras, sus intenciones son ilegales, incluso respecto a la propia LOCE; en el artículo 97.2 se establece, para las Administraciones educativas, la obligatoriedad de participar, no sólo en las evaluaciones generales de diagnóstico, sino también “...en las evaluaciones internacionales en las que tome parte el Estado Español”.

Tal como se expresa en el mencionado artículo, su modelo de sociedad y enseñanza es el que impuso la señora Tatcher, negando y descalificando todo cuanto lo cuestione. No saben o no quieren darse por enterados de que el país del mundo con mejores resultados en el mencionado informe es Finlandia, un país donde la enseñanza privada no existe apenas y en el que sus escuelas son un modelo de enseñanza individualizada y de participación, con una pedagogía claramente moderna.

Frente a su crítica obsesiva al “igualitarismo progresista”, Finlandia demuestra que un sistema puede compensar las desigualdades promoviendo la equidad a la vez que fomenta la excelencia consiguiendo un mayor porcentaje de alumnos y alumnas con puntuaciones excelentes, y para ello apuesta por la mejor formación y consideración del profesorado de todos y cada uno de los niveles educativos. Seguro que desearían no saber que la “libertad de elección de centro” es una falacia que no se aplica argumenta en la educación primaria ni siquiera en países “liberales” como EEUU.

La derecha de este país ha tenido la costumbre de negar la realidad cuando esta no se amolda a sus expectativas y bajo el discurso de liberal se encuentra una decidida apuesta por dar más a los que más tienen (en la enseñanza, en la ley de sucesiones, en el reparto de las televisiones etc). Si para ello hay que deslegitimar la pedagogía, la didáctica, la escuela pública o al informe Pisa, se hace y punto. O la democracia, la judicatura, la convivencia se hace, y punto.

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