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miércoles, 4 de marzo de 2009

Educa3: de la prudencia a la perplejidad.

Editorial de la Revista Infancia 166

Con el Plan Educa3, impulsado desde el Ministerio de Educación, se ha sido prudente, discreto, cauteloso y sensato a la vez, en buena parte por dos razones: la primera y fundamental, el compromiso de impulsar el desarrollo desde Educación y, por lo tanto, liderando desde el Ministerio la aplicación de la LOE; la segunda, y también relevante, es la aportación económica de 1.087 millones de euros para contribuir a hacer realidad el Plan.
Y es que, ciertamente, nunca como ahora había sido tan posible articular una verdadera política que acabara con la situación endémica de la educación de los tres primeros años de vida, garantizando el derecho ineludible a la educación desde el nacimiento y aportando los recursos para hacerlo viable. Pero la contención y la prudencia no se pueden confundir con no estar atentos a cómo el plan se iba desarrollando y aplicando, y, en consecuencia, poder opinar con conocimiento sobre los múltiples problemas que su aplicación comporta y de la cual destacaremos tres fundamentales:
1. El Plan contempla exclusivamente la creación de nuevas plazas.
2. El Plan en todo momento hace referencia a la creación de nuevas plazas públicas.
3. El Plan en ningún caso hace referencia a unas condiciones mínimas de calidad para crear las nuevas plazas públicas.

Fuente: Revista Infancia

Primero. El Plan contempla exclusivamente la creación de nuevas plazas, una acción largamente esperada pero del todo insuficiente: ¿quién se ocupará de su mantenimiento? Hoy, todo el mundo sabe que en todo servicio a las personas la verdadera dificultad no es la creación de una escuela o de un hospital, sino su mantenimiento. La continuidad de su existencia una vez más al parecer en este Plan aun respetando cada Autonomía recaerá otra vez en los ayuntamientos. Si es así, ¿cómo lo harán los ayuntamientos para mantener tantas escuelas infantiles?

Segundo. El Plan en todo momento hace referencia a la creación de nuevas plazas públicas. En este punto se podría preguntar: ¿qué se entiende por público? ¿El edificio? ¿La titularidad? ¿El servicio educativo que se ofrece? No es una cuestión retórica, sencillamente es que cada vez crece más la confusión: ¿quién no conoce hoy alguna escuela infantil municipal o de alguna CCAA, por lo tanto pública, en la que en realidad está dando los servicios una empresa estrictamente privada.

Tercero. El Plan en ningún caso hace referencia a unas condiciones mínimas de calidad para crear las nuevas plazas públicas.
Está claro que, de acuerdo con la LOE, a quien corresponde establecer las condiciones mínimas es a las CCAA, pero es igualmente claro que quien aporta recursos puede establecer las condiciones. De la misma manera que el Plan que establece que los recursos serán para crear nuevas plazas de 0 a 3 años públicas, también podría establecer las condiciones mínimas de calidad.

Por lo tanto con el Plan Educa3, se está pasando de la prudencia a la perplejidad. ¿Cómo puede ser que con una ley como la LOE, con unos recursos económicos tan importantes, se esté entrando en un juego de despropósitos de tal magnitud?

Algunos piensan que el Estado autonómico es el problema, nosotros pensamos que, en el Plan Educa3, lo que hace falta es una decisión clara del Ministerio, repensando las consecuencias de su propuesta para contribuir de manera decisiva a la creación de nuevas plazas públicas y su continuidad para los niños de 0 a 3 años, un viejo problema que pide claridad de acción.

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