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domingo, 13 de septiembre de 2009

Más análisis sobre la pruebas de nivel

Para qué debe servir una prueba?

La LOE establece en los artículos 140 al 147 el objetivo y responsables de la evaluación señalando explicitamente en el artículo 144.3 que "en ningún caso, los resultados de estas evaluaciones podrán ser utilizados para el establecimiento de clasificaciones de los centros". Pese a ello la Comunidad de Madrid decidió que sirviera para algo muy diferente: para hacer un ranking de centros y para modificar el curículo logse que todavía estaba en vigor. (Alicia Delibes ha reconocido publicamente que el objetivo de la prueba es que fuera preparada). No se trataba tanto de medir el grado de consecución de las competencias necesarias para cursar la ESO como de modificar torticeramente el currículo. Había creado un monstruo.

Cuando se aprobó el CDI* se le dió una apariencia prescriptiva que legalmente no podía tener. Ni la secuenciación de contenidos ni sus criterios de evaluación podían ser prescriptivos ya que su elaboración era competencia de los equipos de ciclo. El "CDI" sólo podía ser una sugerencia. Parece que la autoridad que el pp cacarea devolver al profesorado no es precisamente la autoridad académica ni la autonomía profesional.
* Competencias y Destrezas Imprescindibles. RESOLUCIÓN de 20.12.2005, de la Dirección General de Ordenación Académica, por la que se establecen los estándares o conocimientos esenciales de las áreas de Lengua Castellana y Literatura y de Matemáticas, para los diferentes ciclos de la Educación Primaria en la Comunidad de Madrid.

La lectura del DCI era insultante, llegando al humillante extremo de ejemplificar detalladamente los contenidos que, desde ese momento, el profesorado debería transmitir y que finalmente serían medidos en la prueba. Curiosa idea la que tiene la Conserjeria sobre la capacidad de sus profesores, unos profesionales con titulación universitaria.

Detrás estaba, claramente, la añoranza de aquella revalida de aquella españa tan culta y tan investigadora de los años 50 y 60, la prueba CDI se construyó a su imagen y semejanza. El problema es que aquella valía para seleccionar, pero no para medir.

No podemos dejar de preguntarnos cuantas clases de la carrera se fumó la actual viceconsejera y pergeñadora de la prueba para crear semejante engendro o si en sus tiempos no existía la estadística o si su paso por la política supuso un alzheimer anticipado o si, tal vez, la Condesa tiene a bien lobotomizar a su guardia de corps.

El caso es que la prueba de 6º comenzó dandoles un disgusto ya que sus resultados contradijeron claramente su discurso "pro escuela privada" colocando a un buen número de centros públicos en los primeros lugares contra lo que la sociología hacía prever.

Pero, al igual que en el caso del monstruo de Frankestein, una vez creada tomó vida propia. Incontrolable. No podían compararse resultados ya que siempre había una explicación sobre la mayor o menor dificultad de las preguntas. Obviamente las pruebas no conseguían mejorar los resultados, que acabaron siendo filtradas durante el periodo vacacional. A la vez se incumplían, mayoría absoluta mediante, los compromisos adquiridos de analizar los resultados en la Asamblea de Madrid mientras que el Defensor del Pueblo, tras solicitar explicaciones a la Comunidad, acababa incluyendo este incumplimiento de la Conserjería de Educación en su informe a las Cortes.

Ya sólo les queda hacer que hacen, con medidas propagandisticas como la hora de matemáticas en 3º de la ESO, una absurda manera de actuar sobre los efectos en vez de sobre las causas.

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