Frente a la mayor parte de las medidas del pacto educativo que podemos considerar coyunturales e interpretables, la aceptación que del lema "libertad de elección" se hace en la propuesta 77.b. resulta una cesión estructural sin precedentes en la redacción de un documento educativo:"77.b. Favorecer la libertad de elección de las familias, en el marco de la programación de la administración educativa, facilitándoles una adecuada información sobre los proyectos educativos de cada uno de los centros públicos y privados concertados de su correspondiente ámbito territorial".
Como hemos señalado "libertad de elección" ha sido el caballo de troya que el pp ha publicitado para fragmentar al sistema educativo. Una libertad que se reduce a la invitación a las clases medias a ser insolidarias con las medias bajas de una manera clasista (y racista). Una "libertad" que, paradójicamente se queda ahí (obviamente ni se puede elegir el profesor dentro de un centro ni tampoco cualquier centro). Se trata de un privilegio a medida con un único fin: favorecer a la privada de la que un 80% depende de la iglesia católica.
Frente a esta polarización estructural no hay medida de equilibrio posible, tal vez se pueda igualar la cantidad de alumnos con dificultades, pero no la calidad. Los "fáciles" acabarán en la privada y los "complicados" en la pública.
El resto de líneas rojas del pp (castellano, ciudadanía…) son mero fuego de artificio electoral o de consumo interno. El núcleo de su propuesta y lo que estarían encantados de ver reconocido es justo la propuesta 77.b.
El psoe debería analizar urgentemente lo que ha generado en las grandes ciudades y en comunidades como la de Madrid "aquella-idea-tan buena-de-los-conciertos-de-felipe-gonzález". Y las consecuencias futuras de este reconocimiento, algo que no aparece ni por asomo en el enrevesado redactado del artículo 27 de la Constitución.
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