La abstención el 22 de mayo sería un suicidio social. Por muchas críticas que puedan hacerse a IU o a PSOE (en su trabajo de oposición, en su programa electoral o en sus cabezas de cartel)
Tras ver el vídeo, no queda claro si está hablando la persona responsable de la programación general de la enseñanza en la Comunidad de Madrid o la presidenta de la enseñanza privada.
Tiene su gracia que venda autonomía quien ha elaborado un currículo que desprecia al profesorado eliminando la autonomía de los claustros, de las aulas mediante el control lo que se hace en las aulas a base de pruebas de nivel mal diseñadas; que ha convertido a la dirección de los centros en correa de tramimisión de una visión ignorante y obsoleta de la enseñanza; o que ha puesto en el punto de mira (y la inspección en el pasillo) a proyectos singulares con larga trayectoria y repetidos premios; o que inicia campañas de desprestigio contra las universidades que no son afines.
Plantear la desrregulación de horarios o la posibilidad de dedicar el 30% del currículo a especialización deportiva o lo que sea es una estrategia para acabar de destruir lo que queda de enseñanza pública en una jugada que solo tiene un ganador: la iglesia católica que controla el 70% de la enseñanza concertada madrileña.
Poniendo a competir a los centros públicos entre sí, y con los privados, se deja campo libre para aquellos que aspiran a mantener la hegemonía cultural, política y económica de la sociedad madrileña. Una sociedad que de retroceso en retroceso está a punto de borrar de sus leyes educativas la transición democrática.
Se crean divisiones entre profesionales, se establecen dadivas, se otorgan favores y negocios a empresarios y amigos creando una turbia red de intereses entre lo público y lo privado, se persigue a los discrepantes (CAP's, directoras de infantil, inspección, eoeps) algo que no se limita a la educación. En muchos casos se vive con miedo, con temor a ser denunciado por asistir a actos públicos, se dificulta la utilización de centros públicos por las plataformas de la enseñanza pública a la vez que se entrega terrenos a sectas fundamentalistas que segregan a niños y niñas. Se amenaza a quien se solidariza con los niños de Gaza pero se ceden los centros públicos para la JMJ. Una monumental confusión entre público y privado donde los medios de todos se ponen al servicio de unos pocos.
Se fomenta el egoismo en la sociedad, se abandona a los desfavorecidos y se engaña a las familias con patrañas como la del bilingüismo, la libertadelección, o la excelencia que están aumentando el fracaso escolar de muchos niños a los que luego se oculta en las "revalidas".
Se dan más recursos, facilidades y privilegios a quienes más tienen a la vez que se reducen y eliminan las becas, se masifica la educación infantil convirtiéndola en una generadora de fracaso educativo muy lejos de su función de compensación de desigualdades. En el 0-3 directamente se opta por el negocio, poniendo el futuro de los niños en manos de empresarios de la restauración, de la limpieza o de fondos de inversión de familias con apellidos de resonancia militar (escuelas chiquitín).
Se niegan a invertir en las dificultades de aprendizaje, en una política de exclusión contraria a tratados internacionales firmados por España, bien pidiendo a los padres que renuncien por escrito a los apoyos o externalizándolas a centros como el Brot de Aluche.
Asistimos a una situación de emergencia educativa, política y social. La derecha española más reaccionaria, que sabe que nada tiene que hacer en lugares como Cataluña o País Vasco, ha apostado por dar continuidad en Madrid una política neofranquista en aspectos claves como la educación o los medios de comunicación. Llevan destrozando la educación madrileña desde hace 15 años y cada vez de una manera más acelerada y salvaje.
No se trata ya de más o menos izquierda sino de parar la implosión de los derechos sociales que como en un paso atrás en el tiempo pretende borrar la impronta no solo de las leyes del psoe, sino de las de UCD e, incluso de la Ley general de Educación de Villar Palasí. Se ponen en peligro los avances sociales de nuestro país.
La abstención el 22 de mayo sería un suicidio social. Por críticas que puedan hacerse a IU o a PSOE (en su trabajo de oposición, en su programa electoral o en sus cabezas de cartel).resto del post
Esta gente todavía más envalentonada será una auténtica pesadilla.
ResponderEliminarSi esto lo dice Ibarretxe en el Pais Vasco... ¿Os imagináis al PNV proponiendo libertad para que los centros que quieran sean Vasquistas y enseñen cosas como "sogatira"? ESperanza Aguirre estaría indiganada. Para ese caso no vale es argumento de que los padres quieren esa educación para sus hijos.
ResponderEliminarTodo esto es una pura trampa clasista y fascistoide.
¡¡Que miedo dan!!