Al finalizar la guerra civil los maestros de escuela, los profesores de instituto y los catedráticos de universidad, que impartieron de buen grado la enseñanza laica según el ideario de la República, habían sufrido una represión inmisericorde. A unos los pasaron por las armas, otros fueron aventados al exilio y el resto se quedó en la calle sin oficio ni beneficio a merced de su hambre. Durante la República el Ministerio de Instrucción Pública se había convertido en un campo de batalla entre el derecho a una enseñanza libre, racional y gratuita y los privilegios en la educación que la oligarquía compartía con la Iglesia Católica.No te lo pierdas en El País. Muy útil para entender las razones de fondo de las políticas educativas de la derecha en Madrid y España. Si se entiende esto, se entiende todo.
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Ahora aquel niño es un catedrático jubilado que contempla con espanto de qué forma inexorable vuelven los antiguos fantasmas. Los privilegios en la enseñanza, la carrera de obstáculos insalvables para los estudiantes sin recursos despiertan en él un desasosiego que le fuerza a sumarse a la cólera de los jóvenes, a movilizarse detrás de las pancartas, a unirse con otros profesores en la lucha por el derecho inalienable a estudiar hasta donde llegue el talento y el esfuerzo frente a la vieja caspa elitista de una derecha empeñada de arrojar cerebros a la basura, siempre que no sean de los suyos.
La política antipática, antigua, autoritaria y antisocial llevada por el Partido Popular al frente de la Comunidad de Madrid pretende acabar con lo público y con los avances sociales de nuestra comunidad. Por educación y por sanidad es necesario Recuperar Madrid.
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domingo, 25 de agosto de 2013
El maestro que fue depurado. Manuel Vicent
Análisis clave enlazando presente y pasado
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