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sábado, 31 de agosto de 2013

Escuela en cursiva. Pablo Doberti

Gracias por la recomendación
"Una escuela que no escolarice más nada. Que deje abiertos los problemas y elevadas las ilusiones. Una escuela que no se permita hablar de escritura antes de hablar de literatura, ni de literatura antes de hablar de ficción, y antes aún de narración e imaginación, y así. Que invierta los órdenes para dejar respirar. Que abra las ventanas. Que obligue a respirar, si lo desea. Pero que no nos los atormente. Que no nos los raskólnikovice
¿Cómo es la maniobra escolar? Es siempre la misma: lo complejo reducido a lo simple. Quiero decir, lo vivo a lo muerto; lo abierto a cerrado. La escuelas siempre operan así. Una opinión se reduce a una definición; la verdad a una taxonomía; una historia a una moraleja; el espacio a una regla y una escuadra, o a una función; una decisión a una norma; la historia a las fechas; la geografía a las banderas; la ciencia a los sistemas de reproducción; una asamblea a la jerarquía; el arte a las horas libres; la lengua a la gramática, cuando no a la ortografía; el estudio a la memorización; la evaluación a la constatación; las preguntas a las afirmaciones encubiertas; la interacción a la pantomima; la participación a la concesión; la producción a la herejía... la escritura a la caligrafía."
Léelo entero en The Huffington Post

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