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domingo, 22 de septiembre de 2013

El curioso caso del CEIPSO Tirso de Molina

o la historia del increíble sistema educativo menguante


La modalidad de los CEIPSO (aquellos centros que añaden parte o toda la ESO a un CEIP normal) ha venido siendo, principalmente, una solución para evitar el traslado de los niños y niñas de la ESO por carretera.

Parece razonable posponer, en las zonas rurales, la edad a la que los niños deben hacer kilómetros y kilómetros para ir al instituto. Es el caso de Cenicientos, Cadalso de los Vidrios, Becerril de la Sierra, El Cantizal, el prometido y no construído de BCM (El Boalo, Cerceda y Mataelpino), entre otros.

Sin embargo, sorprendentemente, encontramos esta nueva modalidad de centros en lugares de Madrid capital como es el CEIPSO El Greco, en Villaverde, que integra el primer ciclo de la ESO.

Pero el CEIPSO Tirso de Molina –situado en el barrio de los Metales, a 20 metros de la estación de metro de Arganzuela–Planetario– resulta verdaderamente un caso curioso.
  • Por un lado la consideración de rural es un poco forzada aunque Legazpi alojara el mercado de verduras.
  • Por otro, las AMPAS de este centro así como la del Miguel de Unamuno y varias asociaciones de vecinos vienen reclamando (desde 2008) la construcción de un instituto para el barrio, ya que los niños tiene que desplazarse al IES Juan de la Cierva, al IES Cervantes o al IES Isabel la Católica; todos ellos exigen un desplazamiento considerable además de estar saturados.
De cualquier modo el tema viene de lejos y ha sido gestionado con poca transparencia (esto es, se ha negado lo que estaba recogido en actas del ampa). Ahora queda la duda se si las familias de los alumnos que comienzan la ESO en este centro seguirán luchando por un instituto para el barrio de Legazpi.

Pero la reflexión clave es el marasmo de fragmentación y ruptura del sistema que representa. En primer lugar porque si hacer centros más pequeños con la ESO integrada es una buena idea, debería ser objeto de debate, valoración social y, de ser considerado positivo, estar disponible para todos los alumnos por igual.

Si no es así, suena a decisión egoísta e insolidaria en esta epidemia socioeducativa que está gangrenando la educación (y la sociedad) madrileña que no cesa de dividir al alumnado entre concertada, concertada de integración como el Brot, concertada segregadora por sexo, pública bilingüe,  pública no bilingüe, ceipsos, centros guetos, centros en extinción, centrosdexcelencia específicos, líneas dexcelencia en ies normales, ies de secundaria especializados…

Una especie de voladura controlada de lo que hasta hace nueve años era el sistema educativo público madrileño a mayor gloria de la privada (concertada).

Para colmo, a fecha de 18 de septiembre había solo dos profesores (el de religión –que no falte– y otro más) y el horario de los alumnos era de 9 a 13. Impresionante inicio de curso, en coherencia con el impresionante inicio de curso en tantos centros.

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