La primera medida de Gallardón fue la desaparición de la Concejalía de Educación que con la reorganización del organigrama del Ayuntamiento de Madrid pasó a encuadrarse como Dirección General de Educación y Juventud dentro del Área de Gobierno de Familia y Servicios Sociales.¿A qué experimentado gestor/a o político/a puso al frente? Ni más ni menos que a Ana Botella, que entre peras y manzanas poco de se ocupó (que sepamos) de servicios sociales y casi nada de educación*. Lo que si se supo es que alquiló como sede un edificio en el nº 100 de la carísima calle Ortega y Gasset.
La broma costó 11.496.841 euros por cinco años de alquiler (191.614 euros o 31 millones de pesetas al mes) más 3.100.000 euros (514 millones de pesetas) de arreglos en el edificio para adecuar las instalaciones.
¿Por qué se alquiló aquí el edificio y no en Vallecas, Usera o Villaverde donde el precio se hubiera reducido a la mitad? ¿Por qué no se utilizaron instalaciones del Ayuntamiento ya existentes? ¿O por qué no se construyó un edificio en suelo municipal?. A esto se le llama política social.
* Quizá lo más destacado fue la potenciación de la educación infantil privada mediante subvenciones a la ampliación, reforma o construcción de Escuelas Infantiles de primer ciclo, que trajo a los bajos comerciales de los nuevos barrios este tipo de centros caracterizados por la ausencia de patios y su sustitución por salas interiores)
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