A finales de enero se inauguraba la nueva estación de metro de Arganzuela-Planetario.
La nueva estación que inicialmente iba a costar 41, 2 millones, ha llegado a los 51 (8.466 millones de pesetas): un despilfarro del dinero público que contrasta con la escasez de medios que la Comunidad de Madrid presidida por Esperanza Aguirre dedica a los servicios públicos.
Por ejemplo, con respecto a la educación, al lado de la nueva macroestación hay un nuevo microcolegio público con todo reducido que sólo cumple mínimos en aulas, patios… (además la estación roba al colegio 400 metros cuadrados por capricho estético del arquitecto).
Pero no existe nada del imprescindible instituto, nada de las necesarias escuelas infantiles públicas, nada de centro cultural, nada de biblioteca.
Y en lo que respecta a la sanidad el Centro de Salud no absorbe el incremento de población que las nuevas viviendas generan llegando a tal masificación que es necesario esperar dos días para las consultas de pediatría (y el barrio sigue creciendo).
En definitiva un gasto electoralista, de una política electoralista que desprecia las enormes necesidades sociales y, so pretexto del transporte público, beneficia principalmente a las constructoras.
Exigimos nuestro derecho a decidir sobre las inversiones económicas que nos afectan.