viernes, 18 de septiembre de 2020

Que la memoria deje de ser el casi único instrumento de enseñanza (Cossio, 1879)

De hace ciento cuarenta años

Portada Boletín de Educación

Que el niño aprenda jugando; que represente y realice los objetos de sus concepciones; que la memoria deje de ser, como ha venido siendo hasta aquí, el casi único instrumento de enseñanza; que se amplíen los programas escolares, dando entrada en ellos a las ciencias naturales; que se practiquen las lecciones de cosas; que los alumnos trabajen en oficios mecánicos; que no se desatienda el desarrollo físico, etc., etc., son los principios formulados tiempo hace en la esfera de la enseñan- za, y bases en que ésta debe descansar y descansa, por fortuna, de hecho, en los pueblos más cultos.

Pero el principio capital que envuelve los restantes, que viene a ser como el alma y vida de todos ellos; y de cuya práctica o desatención prende, a nuestro juicio, el resultado provechoso o inutil de todas las reformas escolares, es el que ordena enseñar a los niños lo que se ha llamado con gráfica frase la ciencia del ver (the science of seeing). 

Cossio, M. B. (1879). “Carácter de la pedagogía contemporánea: el arte de saber ver”. En BILE, Año III, 1879, pp. 153 y ss.] 

Fuentes:  

Manuel -Bartolamé Cossío : pensamiento pedagogico y acción educativa / Eugenio Otero

I Congreso Internacional. Los museos en la educación. La formación de educadores. Museo Thyssen  Bornesmiza,


lunes, 14 de septiembre de 2020

Los principales medios de enseñanza. Instituto Escuela, 1918


Los principales medios de enseñanza ordenados según su probable eficacia, serán: 

Primero. La acción.

Segundo. El estudio directo de la naturaleza o de las cosas, y el ejercicio de coordinar las observaciones. 

Tercero. Las lecturas convenientemente reelaborados y asimiladas. 

Cuarto. El diálogo entre profesor y alumno. 

Quinto. La exposición hecha por el maestro. 

(Reglamento del Instituto Escuela, 1918)

viernes, 11 de septiembre de 2020

Extracto del reglamento del Instituto Escuela, 1918

Los métodos de enseñanza deben inspirarse en estos principios 

Despertar en el niño la curiosidad hacia las cosas y basar en ella el proceso didáctico.
Atender al dominio del idioma como medio de expresión del pensamiento, a la educación del raciocinio y a la educación del gusto.

Dar una visión sintética de nuestro planeta y de los grandes procesos de su formación, y hacer comprender la relaciones entre el medio físico y el hombre.

Educar el sentido histórico, para ver cada realidad actual como manifestación última de un proceso.

Dar una explicación elemental de los fenómenos anímicos,  de los procesos del pensamiento y de los ideales que orienten a la humanidad.

Poner las leyes abstractas de la cantidad al servicio de las necesidades cotidianas y de los problemas técnicos, y educar la mente para la lógica pura del número y del espacio.

Familiarizar con las leyes de la materia, aclarar mediante experimentos los procesos de los fenómenos naturales y de los productos industriales.

Estudiar las ciencias naturales en los gabinetes y en el campo para que se adquiera una clara conciencia de las líneas fundamentales de la evolución de las especies y para educar el poder de observación y el cuidado de los detalles.

Usar los trabajos manuales como medios eficaces de educación de los sentidos, para alcanzar la perfecta correlación entre la mente y la mano, y como auxiliares para el desarrollo mental.

La gimnasia y los juegos, además de atender al desarrollo físico, serán medios de educación social, disciplina e inhibición.

La música y el canto tratarán de educar la voz y el oído, formar el gusto y familiarizar con las canciones populares nacionales.
Extracto del reglamento del Instituto Escuela, 1918

martes, 1 de septiembre de 2020

Francisco Giner de los Ríos. Discurso inaugural curso 1880-1881

Fragmento del discurso inaugural del curso 1880-1881 en la Institución Libre de Enseñanza.

Una autoridad insigne lo ha dicho: «Si veis en la escuela niños quietos, callados, que ni ríen ni alborotan, es que están muertos: enterradlos››.
Pues ese principio severo, ese axioma de vitalidad que hace del trabajo el medio ambiente y natural del hombre, y lo corona de alegría, no lo ha traído al mundo la pedagogía moderna en balde, ni sólo para la escuela primaria, donde, por desgracia, apenas aún existe; penetrad bien su íntimo sentido y extendedlo entonces sin pueril recelo a todos los grados de la educación y la enseñanza.

Transformad esas antiguas aulas; suprimid el estrado y la cátedra del maestro, barrera de hielo que lo aísla y hace imposible toda intimidad con el discípulo; suprimid el banco, la grada, el anfiteatro, símbolos perdurables de la uniformidad y del tedio.