lunes, 24 de septiembre de 2007

La educación para el PP ¿una prioridad?

Escribe Mercedes de la Merced (exconcejala pepera del Ayuntamiento de Madrid y actualmente miembro del Consejo de Administración de Cajamadrid así como secretaria general de la Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas) en el diario 20 minutos del 21/9/07 lo que desde el año 92 viene siendo el mantra del PP en educación "los socialistas se empeñan en una estrategia que rebaja el nivel de exigencia e incrementa el fracaso escolar". La verdad es otra.

El razonamiento apriorístico del PP enlaza más con el antipedagogismo que llevó a la depuración del cuerpo de maestros tras la Guerra civil que consideraba al regeneracionismo y a la Institución Libre de Enseñanza (ILE) como anti-católica y anti-española con afirmaciones como que "La Alta Enseñanza Madrileña, habrá de ser, inexorablemente, de aquí en adelante, Patriótica, Católica y Leal. O no ser".
 

La Orden de 19/8/1936 y la Circular de 7/12/1936 constituyen el marco legal para la depuración, y en ellas quedaba claro que el objetivo de las Comisiones Depuradoras era apartar de la enseñanza “a los envenenadores del alma popular, los primeros y mayores responsables de todos los crímenes y destrucciones que sobrecogen al mundo”.
"Los individuos que integran esas hordas revolucionarias, cuyos desmanes tanto espanto causan, son sencillamente los hijos de catedráticos y profesores que, a través de instituciones como la llamada “Libre de Enseñanza”, forjaron generaciones incrédulas y anárquicas”.
La depuración significó para el magisterio nacional un total de entre 15.000 y 16.000 sancionados, de los que 6000 maestros fueron separados definitivamente de la enseñanza, 3000 fueron suspendidos de empleo y sueldo y alrededor de 6000 perdieron su plaza al ser trasladados forzosamente de su localidad.

Sólo partiendo de ese análisis y de aquella depuración que paralizó la modernidad en la enseñanza española podemos entender el discurso descalificador actual de los neocarcas del PP.
 

Porque ayer como hoy, lo que de fondo está en juego no es la educación, ni la excelencia ni el fracaso escolar sino el control ideológico por parte de la iglesia católica de la sociedad.
 

La libertad de elección de centro por parte de las familias ha pasado a estar por encima del derecho a la educación de los niños para conseguir que la clase media-alta se vea bajo el doctrinario influjo de la iglesia (que controla el 70% de la enseñanza concertada). Las familias que comienzan eligiendo "menos inmigrantes, menos diversidad luego mejor nivel) acaban comprando elitismo y doctrina católica pura y dura.
 

El PP con el mismo discurso de los republicanos en EEUU o de los pedagogos antimodernsos en Francia (tan queridos por Sarkozy) hacen de la educación una herramienta de selección social y de control ideológico, ningunenando las experiencias educativas que con sistemas comprensivos y de participación democrática consiguen, ellos sí, la buenos resultados para todos.
 

Porque si algo ha quedado demostrado estos años es que los centros privados concertados han hecho lo que han querido con la aplicación de la Logse y sin embargo sus resultados no son mejores que los centros públicos donde, para información de sus despistados ideólogos, tampoco es que haya habido un cambio revolucionario ni muchísimo menos. Los resultados de la privada mediocres, los de la pública mediocres también (aunque con el merito de trabajar con "peor" alumnado).

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