La consejera de Educación, Lucía Figar, considera "algo indefendible" que los padres y las madres de alumnos del colegio público Trabenco de Leganés se hayan dirigido a su departamento para exigir una mayor dotación de profesores que no ha sido solicitada por la dirección del centro. Y que además pretendan elegir personalmente a los docentes.
Así que, por un lado, la Comunidad de Madrid comprende y potencia el boicot promovido por la Conferencia Episcopal contra la asignatura de Educación para la Ciudadanía comprendiendo a los padres que no cumplan la ley. Y por otro considera indefendible que unos padres que han elegido la enseñanza pública y un proyecto democrático quieran darle continuidad.
Dice que la dirección del centro no ha solicitado nada, pero calla que no sólo se la ha expedientado previamente sino que se la ha amenazado para que se esté quietecita y que el Colegio Trabenco ha tenido a la inspección de arriba para abajo por el centro entrometiéndose en asuntos que son parte sustancial del proyecto educativo.
Calla que no se pide nada distinto a lo que el centro ha tenido el año pasado y desde hace ocho, así que no será ni muy ilegal ni muy raro.
Calla también el prejuicio declarado que la Viceconsejera Delibes tiene contra este cole desde sus tiempos de grácil pluma en el ultraderechista Libertad Digital.
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