En plenas vacaciones y después de expulsar de la sala a los críticos, el Ayuntamiento madrileño de El Álamo acordó, con la complicidad de la Consejería de Educación, poner a la venta el terreno y las instalaciones del colegio público Miguel Ángel Blanco para convertirlo en concertado.
La votación se produjo después de que el alcalde, Jesús Arribas (PP), expulsara del pleno a medio centenar de personas -entre ellas, el líder del PSOE madrileño, Tomás Gómez- que protestaban por la venta del colegio, que acaba de ser construido con los fondos públicos de la Comunidad de Madrid.
Representantes políticos, sindicales e integrantes de asociaciones de padres fueron desalojados en medio de un alboroto, después de que uno de los asistentes gritara al regidor "¡Menudo morro tienes, alcalde!". Tras escuchar esto, Arribas echó al público. Los cinco concejales del PSOE en la oposición abandonaron la sala en señal de protesta. En su ausencia, los siete ediles del PP aprobaron "otorgar mediante concurso público la concesión del uso privativo" del colegio.
Padres y alumnos del centro llevaban meses reivindicando a la Comunidad su apertura porque las instalaciones ya estaban terminadas y más de 70 estudiantes se habían matriculado para este curso 2007-2008. El Ayuntamiento, sin embargo, tenía otros planes para el colegio.
El mantenimiento del centro (limpieza y conservación) supone una cantidad "irrisoria" para El Álamo y es una "excusa" para que el PP desmantele un colegio público dentro de su estrategia de acoso y de la educación pública agudizada durante la presente legislatura.
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