Un nuevo milagro de esos que suceden en la corte de Esperanza Aguirre, la condesa de Fundescam: la Comunidad de Madrid se gastó 1.250.000 euros en una campaña de publicidad fantasma de la que nunca más se supo, que desapareció sin dejar ningún rastro, como caída en el Triángulo de Las Bermudas (o en algún otro paraíso fiscal). Es el primer caso conocido de una campaña de publicidad clandestina, ese oxímoron. El invento se llamaba Made in Madrid y, en teoría, invirtió ese dineral en anuncios y en merchandising, en 50.000 chapas y 100.000 bolígrafos con el simpático eslogan. Si tienen uno en casa, guárdenlo bien, que a pesar de la extensa tirada es material de coleccionista: nada se sabe ni de las chapas ni de los bolígrafos ni del Made in Madrid; una campaña que, casualmente, se encargó a uno de los proveedores habituales de la trama Gürtel y que, también casualmente, se adjudicó por el procedimiento de urgencia en la víspera de las elecciones autonómicas de 2007.
Fuente: Escolar.net
La misteriosa adjudicación se ha conocido gracias a la tenacidad de Reyes Montiel, una diputada de IU en la Asamblea de Madrid, que ha tenido que esperar un año para poder acceder a éste y otros contratos de la trama Gürtel. La transparencia en Madrid es así de luminosa; incluso brilla por su ausencia. Por otra casualidad, el IMADE, el organismo público que pagó el Made in Madrid, se gastó en ese mismo mes 10,3 millones en cinco contratos publicitarios, todos de urgencia, todos para que entrasen en vigor a tiempo para las elecciones. Pero si piensan que hay quien confunde lo público con lo privado, se equivocan; que el PP es incompatible con la corrupción. Es más, vigilan hasta el último euro.
Cuando el gerente del IMADE, Aurelio García de Sola, compareció en el parlamento madrileño para explicar estos contratos, no llevó los detalles a los demás partidos para ahorrar. “El coste de las fotocopias de un expediente de 150 páginas, cuatro juegos, a 0,1 euros, son 60 euros”, explicó el aplicado gerente. Y por ese precio, lo mismo te dan otras quinientas chapas fantasma donde, por error, en lugar de Made in Madrid acaba poniendo “vota PP”.
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