Atando cabos sobre la escuela católica

en guiño al blog "el ojo izquierdo"

Cada mañana el ojo izquierdo se adentra en la prensa más reaccionaria en un intento por analizar y desentrañar las estrategias y pensa-mientos de lo que define como "alegre muchachada". En este caso la inmersión que hacemos es en la revista Alfa y Omega que todos los jueves se reparte con el diario ABC. Editada por la Conferencia Episcopal proporciona una clara imagen de la reaccionaria corriente que domina el pensamiento católico.

En concreto el número 713 del jueves pasado no tenía desperdicio. Allá vamos.


Para empezar, artículo Soy cristiano. Vivo en el siglo XXI. Y sigo perseguido donde se presenta el Informe 2010 sobre libertad religiosa en el mundo. Se pensaría que se centrarían en la situación de los cristianos en países musulmanes como Pakistán, India, China… Si y no. En seguida llegamos a un apartado titulado "No hay que irse tan lejos..." que afirma que nuestro país es ampliamente analizado en el Informe:

«Hechos especialmente graves siguen siendo el adoctrinamiento moral y laicista que hace la asignatura de EpC, la ley del aborto y la anunciada pomposamente como de la muerte digna, así como los intentos de dejar sin contenido ni protección jurídica a la familia, célula básica de la sociedad, desnaturalizando entre otras cosas al mismo matrimonio».

En la misma linea va el artículo en el que se anuncia el I Congreso de Maestros Católicos (efectivamente el que amadrinó Figar). Con el título El paraguas contra una educación que manipula comienza a lo grande:

"El sistema educativo español es hoy un instrumento al servicio del poder, para modelar la conciencia de los menores y convertirlos en agentes productivos y dóciles."

«Bajo la excusa de la secularización del alumnado, se ha construido un sistema finalista, que el poder utiliza de forma instrumental para diseñar un modelo de sociedad. Es un sistema constructivista de la conciencia, que ha olvidado que el objetivo de la educación es el desarrollo de las capacidades del alumno; y que se ha convertido en un instrumento al servicio del poder público para modelar ciudadanos más productivos» afirmab Carlos Seco, uno de los abogados más activos en la lucha contra Educación para la ciudadanía, durante su intervención en la mesa redonda "El derecho de los padres a educar a sus hijos".

Por allí, no nos pregunten ustedes por qué si por iniciativa propia o por orden de la Consejera Figar, se encontraba don Pablo Hispán Iglesias de Ussel (qué manía con los apellidos compuestos), asesor de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid que separando, como nos tiene acostumbrados su jefa, cargo institucional de creencias personales se refería a:

"Las directrices en las que se encamina la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid, en relación a las tres tensiones del modelo educativo:
• el revisionismo desde el gobierno de la izquierda,
• la imposición de modelos culturales únicos,
• la imposición de los modelos pedagógicos de las autonomías.

Y seguía "la implicación de los católicos es esencial en la exigencia de sus derechos como del resto de ciudadanos para hacer presente esas vivencias y esa fe tanto en la vida pública como en la educación de los hijos"

Pablo Hispán Iglesias de Ussel destacó que (fuente complementaria)

"en Madrid se ha hecho el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos eje central de las políticas, en función de los derechos de las familias. También explicó que en esta Comunidad se han llevado acabo medidas de apoyo a las familias a través de medidas económicas; y que la asignatura de EpC en Madrid y cómo se da no tiene nada que ver a cómo se da en otras autonomías".

Que "Los católicos tienen que exigir sus derechos para hacer presente su fe en la vida pública."

O que “Los padres somos educadores y el espejo donde se reflejan nuestros hijos”

Cabría preguntarse que si hoy el sistema educativo es un instrumento al servicio del poder que opinión les provocaría el que ayer se pretendiera imponer la educación religiosa per tutti y antesdeayer… cuando los plácidos tiempos y el cierre de los cines en la SSC (semana santa católica). Y al asesor… que ánimo, que algún día podrá separar ambas facetas, la institucional y la personal.

De cualquier modo lo de acusar de adoctrinamiento a Educación para la Ciudadanía queda un poco mal cuando páginas o clics más tarde en otro artículo que extracta la intervención del cardenal Rouco Varela, arzobispo de Madrid y Presidente de la Conferencia Episcopal leemos:

"Puede ser oportuno traer a la memoria los tres objetivos que nos planteábamos hace cuatro años como caminos prácticos para responder al reto que el laicismo plantea a la conciencia y a la vida de los católicos y de la Iglesia en esta hora:

Primero: la formación en la fe. Se trata, ante todo, de «cuidar más y mejor la iniciación cristiana sistemática de niños, jóvenes y adultos», y también de «mantener fielmente la disciplina sacramental y la coherencia de la vida cristiana".
Segundo: anunciar el Evangelio del matrimonio y de la familia.
…

Tercero: cuidar la Eucaristía dominical…».

Es decir que a promover los valores comunes de una sociedad se le llama adoctrinar pero a iniciar sistematicamente a los niños en la fe, no. El mundo al revés.

No sale una de un asombro cuando cae en otro. En ¿Nos duele los que viven sin Dios? se publicita el libro Evangelizar escrito por Fernando Sebastián, arzobispo emérito de Pamplona. Ataros los machos (¿por qué se dira?):

"Debemos tener siempre presente que lo natural es creer en Dios; el ateísmo es una enfermedad".

Estamos a dos pasos de los tratamientos que Antonio Vallejo-Nágera recomendaba en 1939 tras el genocidio de los rojos.

Eso si, siempre desde el victimismo:

"Nuestra Iglesia es heredera de los mártires del 36, y hoy estamos muy lejos: somos cobardes e indolentes".

Así que vivan las cruzadas. Así estamos y peor quieren que estemos. No es todo pero si una cata en lo que muchos españoles reciben semanal y diariamente.