La semejanza de ambos ejercicios es curiosa: saber construir una suma de entre varias posibles planteada en forma gráfica. Dar respuesta a una situación poco estructurada (no existe enunciado) haciendo uso práctico de conocimientos. Nada que ver con sumas repetitivas e insignificantes.
La utilización de los cuadernos de Teide a lo largo de toda la educación primaria parece ser coherente con los planteamientos prácticos examinados por PISA. Pero todavía más con una enseñanza que, partiendo de algunas de las grandes aportaciones pedagógicas del siglo XX (Freinet entre otras), apuesta por el aprendizaje significativo. Por lo que respecta a las matemáticas se enfatiza la comprensión frente a la memorización, lo que parece ser algo clave en Pisa, en Singapur …y en el Palomeras.
No es extraño que esta decisión forme parte de un proyecto educativo que incluye la utilización de la asamblea, una visión cooperativa del aprendizaje, un enfoque globalizador con momentos colectivos esenciales como el carnaval, o como se recoge en este otro blog una política apoyada por las familias de No Deberes; además de la participación activa de las familias en la vida del centro.
Las ideas finales son que las buenas prácticas van entrelazadas, y que el éxito o lo es para todos o no lo es para nadie. Todo ello en una escuela de todos y para todos, esto es pública. Por dentro y por fuera.
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