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Un argumento que economistas y pensadores liberales próximos al mundo empresarial y financiero del país han dado para explicar el elevado desempleo en España ha sido que la testarudez de los sindicatos en su defensa de los intereses de los trabajadores con contratos fijos ha causado el elevado desempleo de los trabajadores con contratos temporales.
Según tales autores, los sindicatos son excesivamente fuertes en España y tienen una excesiva influencia sobre el gobierno socialista español, el cual – según tales autores- no tiene el coraje político de hacer las reformas necesarias en el mercado laboral, facilitando el despido de los trabajadores, a fin de que los empresarios puedan contratar a nuevos trabajadores, sin temor a que una vez contratados tengan que mantenerles en su plantilla para siempre.
Fuente: Vicenç Navarro.org
Según tales voces, la mejor manera de estimular la creación de empleo es bajar el coste del despido de los trabajadores fijos pudiendo despedirles más fácilmente. El empresario contratará a más trabajadores si es consciente de que puede despedirlos más fácilmente. De esta teoría se deriva que el empecinamiento de los sindicatos en defender a los trabajadores con contratos fijos (la mayoría de los cuales protegen a los hombres de edad madura) haga difícil contratar a gente joven y mujeres. Esta explicación aparece constantemente en la prensa diaria.
Muchos artículos aparecen una y otra vez haciendo referencia al hecho que la defensa por parte de los sindicatos de los insiders (en inglés, los que están dentro del mercado de trabajo) es responsable de la situación de los outsiders (los que no consiguen trabajo). Durante los últimos meses, la población ha estado bombardeada con artículos subrayando que los representantes de los trabajadores –los sindicatos- son los auténticos responsables del elevado desempleo en España.
El gran poder del mundo empresarial en España (y consiguiente poder mediático del pensamiento liberal en los medios de información y persuasión) determina que esta explicación haya alcanzado la categoría de dogma en nuestro país. El problema que tal dogma tiene, sin embargo, es que como todo dogma se reproduce a base de fe y no a base de evidencia. Valga subrayar que tal dogma se ha promovida por los medios liberales cada vez que el desempleo en España se ha incrementado. Se utilizó en los años ochenta, se volvió a utilizar en los años noventa y ahora se utiliza de nuevo en la primera década del siglo XXI. Tal dogma ha sido el determinante de que haya habido nada menos que cuatro reformas del mercado del trabajo desde que tenemos democracia en España.
¿Dónde está la evidencia?
El apoyo intelectual a tal creencia es la evidencia que -según tales autores- presenta EE.UU., supuestamente el país más liberal de la OCDE (el club de países más ricos del mundo). En EE.UU. se puede despedir al trabajador muy fácilmente, lo que explica –según ellos- que el desempleo en EE.UU. sea menor que en España y que en el promedio de los países de la UE-15. Es más, el hecho de que EE.UU. probablemente salga antes de la Gran Recesión que España y la Unión Europea, se debe –según tales autores- a la mayor facilidad de los empresarios estadounidenses de poder despedir a sus trabajadores.
Los datos (los testarudos datos, como diría mi maestro, Gunnar Myrdal) sin embargo, no avalan tales tesis. En primer lugar, España ha tenido cuatro reformas laborales, todas ellas encaminadas a desregular el mercado de trabajo, sin que ello se haya traducido en la disminución de la tasa del desempleo en momentos de recesión. Independientemente de los méritos o desméritos de tales reformas, el hecho es que su impacto en la variación de las tasas del desempleo, durante los momentos de recesión en el ciclo económico, ha sido muy reducido.
La segunda observación que merece hacerse es el cambio adoptado por el Secretariado de Empleo de la OCDE que en su día promovió la desregulación de los mercados de trabajo como la medida más eficaz para crear empleo y disminuir el desempleo (ver The New OECD Job Study. Facts, Análisis and Strategies.1994) El fracaso de tales medidas (para alcanzar aquellos objetivos) hizo que tal Secretariado reconociera más tarde que no había relación entre el grado de regulación de un mercado de trabajo y la tasa de desempleo del país (ver The New OECD Job Study. 2006). En realidad, algunos de los países con mercados de trabajo más regulados, como los escandinavos, han tenido el desempleo más bajo de la OCDE.
La tercera observación que debe subrayarse es que EE.UU., el país modelo para los pensadores liberales, tiene un desempleo mucho mayor entre los jóvenes y entre las mujeres que entre los varones de edad madura, y ello a pesar de ser un mercado de trabajo muy desregulado. La diferencia entre las tasas de desempleo de los jóvenes y la de los adultos no es muy distinta a la existente en los países de la UE, incluyendo España.
Hoy, en EE.UU., las tasas de desempleo entre los jóvenes (tanto el grupo de 19 a 24 años, como el de 24 a 34 años) es casi el triple y el doble, respectivamente, de la tasa de desempleo de los varones adultos de 35 a 55 años. Tal diferencial en la tasa de desempleo entre jóvenes y adultos es incluso mayor (cinco veces mayor) cuando se compara la tasa de desempleo de los trabajadores jóvenes afroamericanos con la de los varones adultos blancos. Tal diferencial en las tasas de desempleo entre hombres y mujeres es menor que el existente entre jóvenes y adultos, situación que tiene poco que ver con la desregulación del mercado de trabajo. La causa del menor diferencial en la tasa de desempleo entre varones y mujeres se debe a la mayor destrucción de empleo en la manufactura (donde los varones son la mayoría) que en los servicios (donde las mujeres son la mayoría).
Porqué EE.UU. saldrá de la gran recesión antes que España y la UE
Una cuarta observación que debe destacarse es que la probable recuperación económica más rápida de EE.UU. versus la europea y española tiene poco que ver con la mayor desregulación de los mercados de trabajo estadounidenses. La causa de la más rápida recuperación en aquel continente radica, primordialmente, en que la inversión pública del gobierno federal de EE.UU. en su estímulo económico es más del doble (en términos porcentuales sobre el PIB) que el que ha ocurrido en España y mucho mayor que en la UE-15. Es un indicador de incoherencia que la mayoría de los pensadores liberales (que atribuyen el desempleo a las supuestas rigideces del mercado laboral) se hayan opuesto al crecimiento del gasto público para estimular la economía.
Que el empresariado contrate, o no, más trabajadores depende primordialmente de sus expectativas en cuanto a la demanda de sus productos. Cuando esta demanda es muy escasa (en parte debido a la reducción de la masa salarial, que los liberales incluso quieren reducir más), entones el sector público tiene que expandir su gasto público para estimular tal demanda. Allí está el meollo de la cuestión. Las derechas en España, y sus portavoces liberales, son responsables del retraso en la recuperación española al oponerse a un mayor estímulo económico, sustituyéndolo por propuestas de desregulación del mercado de trabajo y de reducción de los salarios (que empeorarán todavía más la situación de elevado desempleo).
Una última observación. Se ha puesto de moda entre algunos economistas liberales hablar de flexiseguridad. Pero parece que no entienden lo que es y de donde deriva. La necesaria flexibilidad laboral que requiere cualquier economía para ser eficiente no puede conseguirse a base de desregular más y más el mercado de trabajo aumentando así la inseguridad de los trabajadores (el 63% de trabajadores con contrato fijo tiene temor a perder su puesto de trabajo en España). La flexibilidad laboral se consigue a base de aumentar la seguridad del trabajador, tal como han hecho los países de mayor tradición socialdemócrata del norte de Europa, (con sindicatos fuertes y con muchos años de gobierno de izquierdas). Tales países tienen estados de bienestar altamente desarrollados con un gasto público social mucho, mucho más elevado que España.
Ellos están a la cabeza y nosotros estamos a la cola de la Europa Social. Seguridad implica, no sólo programas de formación profesional, sino también servicios, transferencias y apoyo al trabajador y a su familia en momentos de transición y movilidad laboral. Esto es lo que no entienden o no desean entender los pensadores liberales, pues son ellos los que se han opuesto y son responsables del escaso desarrollo social de España.
El liberalismo (que aparece, al menos hasta hace poco, también en los equipos económicos de los gobiernos de centroizquierda) ha hecho mucho daño al mercado de trabajo y a la economía española. En realidad, su gran visibilidad mediática se debe, no a la fortaleza de sus argumentos (que son muy débiles), sino a las enormes cajas de resonancia que el capital financiero y empresarial les ofrece.
El mejor ejemplo de lo que digo es que soy consciente que un artículo como el que firmo tendría poca cabida en los medios de mayor difusión del país, medios que se caracterizan por su escasísima diversidad ideológica. A lo máximo que llegan es a publicar artículos de Paul Krugman o Stiglitz, sin nunca dar cabida, sin embargo, en sus páginas a los economistas críticos del dogma liberal que existen en nuestro país. Por favor, si encuentra este artículo interesante distribúyalo lo máximo posible.
Vicenç Navarro es Catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University.
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