
Una embarazada que tiene que esperar cinco meses para acudir al ginecólogo, un hombre que ha tenido que irse a otra comunidad y quitar la escayola a su mujer con sus propias manos o un paciente que no será atendido hasta dentro de once meses han tenido que conformarse con este dato y una palmadita en la espalda.
Fuente: El PLural
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