lunes, 15 de junio de 2015

Creo en la libertad de elección de centro @DianeRavitch

Diane Ravitch. Profesora Investigadora de Educación. Universidad de New York. Autora de 'Reign of Error'

Las familias deberían poder enviar a sus hijos a la escuela de su elección, y lo hacen; pero no se debería esperar que lo público pague sus opciones privadas. 
Lo público tiene la obligación cívica de apoyar la educación pública. Incluso si no tienes hijos, pagas impuestos para educar a los niños de la sociedad. Incluso si tus hijos han crecido, pagas impuestos dirigidos a las escuelas. Incluso si envías a tus hijos a la escuela privada, pagas impuestos dirigidos a las escuelas. Las escuelas públicas son una responsabilidad pública. 
Si no te gusta la escuela pública, eres libre de elegir una escuela privada, una escuela charter, una escuela religiosa o de educar a tu hijo en casa. Tu eliges. Pero tienes que pagarlo de tu bolsillo. 
Todos pagamos por la policía y los bomberos. Si quieres un guardia de seguridad privado, te lo pagas. Todos pagamos para las escuelas públicas, incluso si no las utilizamos. Pertenecen a la sociedad. Lo hacemos para invertir en el futuro de nuestra sociedad. Es una obligación cívica. 
Todos pagamos para apoyar las bibliotecas públicas. Si nunca utilizas la biblioteca, todavía tienes que pagar los impuestos para financiarlas. Si prefieres comprar libros en lugar de utilizar la biblioteca pública gratuita, no pides a los contribuyentes que subsidien tu elección privada. Compras tus libros. Los pagas tú. 
Los impuestos que pagas apoyan el bien común, no tus preferencias privadas. Pagan carreteras por las que nunca conducirás, parques de bomberos a los que nunca recurrirás, playas abiertas a todos en las que posiblemente nunca pondrás un pie, parques públicos, y toda una gama de servicios e instalaciones abiertos a todos sin cuota. 
Cuando se trata de la educación, hay una regla sencilla: dinero público para las escuelas gratuitas, controladas democráticamente; dinero privado para las escuelas privadas, bajo control privado, y para las escuelas religiosas.
I Believe in Freedom of Choice. Diane Ravitch

2 comentarios:

Russell dijo...

¿Y eso es libertad de elección?

Planteémoslo de otra manera: tienes libertad para comer lo que quieras. Pero para garantizar que todos comen, habrá unos comedores comunales pagados por todos. Tú pagas de tus impuestos y puedes comer allí. El menú será igual para todos. Si no quieres comer allí, puedes comer en cualquier otro sitio. Pero el menú lo pagas. ¿Eso es libertad de elección donde comer?

Planteémoslo de otra manera: tienes libertad de elegir la escuela de tus hijos. Pero para garantizar que todos pueden estudiar, habrá unos centros educativos pagados por todos. Tú pagas tus impuestos y puedes llevar a tus hijos allí. El programa será igual para todos. Si no quieres que vayan a esa escuela, los puedes matricular en otro sitio y la parte de tus impuestos que se destinaría exclusivamente a la educación de tus hijos te es devuelta en un cheque que solo puedes gastar en el centro educativo de tu elección. Parte de lo que has pagado irá a la educación de los que no tienen medios y el resto lo aprovechan tus hijos en la escuela de tu elección (católica, musulmana, yedi, socialista o del gran espagueti volador; en español, en catalán, en albanés o en klingon). Eso es libertad de elección.

recuperar madrid dijo...

Ravitch lo explica clarito.

Hay bibliotecas con libros variados. Quieres comprarte tus libros, los pagas tú.
Hay autovias para todos. Quieres ir por la radial, lo pagas tú.

Y salvo en Chile, Suecia (en cuestión), Holanda (por razones curiosas) en la mayor parte de los países del mundo es así. La herencia de la doble red iglesia-pública generada durante el franquismo es una rareza educativa. Y lo de la liberta de elección se origina en los años 30 de manos de la Iglesia Católica. ¡Qué se le va a hacer!