En el aniversario del cierre de Valle de Oro
Hace un año la consejería de Educación acababa con la Escuela Infantil Valle de Oro. Escapa a la comprensión de cualquier persona por qué la Comunidad optó por desmantelar esta escuela, en vez de por reconstruirla.
¿A que no es imaginable que el colegio privado que se hundió por aquellas fechas (Sagrado Corazón) hubiera dejado de existir o hubiera perdido el concierto? No, en ese caso trasladaron a alumnos y profesores a un colegio público mientras se hacían las obras. Se garantizó el equipo, se garantizó que los alumnos siguieran con sus profesores.
El cierre de Valle de Oro era un síntoma de la política antieducativa que estaban preparando Figar, Delibes, Pérez Llorca y asociados, una política que luego se concretaría en los decretos de mínimos y de currículo que han colaborado de forma brutal en la bajada objetiva de calidad de esta etapa; una política que desprecia a profesionales, niñ@s y familias y que sólo aprecia lo que se puede convertir en negocio para los conocidos.
Pero Valle de Oro puede ser un símbolo, una escuela que no vamos a olvidar, un modelo de educación que no nos van a arrancar pese a sus directores a sueldo (felicidades por el aumento) y a su presionada inspección, una etapa que no vamos a dejar que desaparezca.
Por eso hay que estar allí, en Valle de Oro nº 35, el miércoles 14 a las 6. ¡No faltes!
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