Interesante análisis y propuestas
La educación en España debe considerarse una cuestión de Estado, con un amplio consenso político y social, dado que aunque ha registrado avances importantes en las últimas décadas, continúa teniendo graves problemas de calidad. Entre ellos, el fracaso escolar, según el Informe elaborado por el Consejo Económico y Social de España (CES) y aprobado en el Pleno del 2 de marzo de 2009 y que busca conseguir una mayor relación entre formación y empleo.
En sus propuestas el CES plantea como necesario reforzar la orientación de la ESO, un mayor esfuerzo inversor, aumentar la calidad de la enseñanza, la coordinación entre las distintas Administraciones, una mayor conexión entre la Universidad y las empresas y un mayor respaldo a los centros educativos quese sostienen con fondos públicos, aunque su calidad no depende de su titularidad.
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El informe hace un detallado análisis del sistema educativo español y subraya que tiene problemas importantes de calidad, entre los cuales destaca un alto índice de fracaso escolar, que se traduce sobre todo en el alto porcentaje de jóvenes que abandona prematuramente la educación, incluso sin el título en Graduado en Secundaria Obligatoria,.
El CES plantea que no sólo resulta fundamental el papel de las familias en el apoyo educativo de los hijos, sino que también es necesario reforzar la orientación en la ESO, a fin de que los estudiantes y sus familias dispongan de información suficiente que les permita tomar decisiones y adoptar estrategias.
En el texto aprobado por el Pleno del CES se señala también que se debe reflexionarse sobre el papel de los orientadores, su formación, sus conocimientos y los recursos con los que cuentan, en la perspectiva de reforzar el enfoque laboral de la orientación.
El consejo aboga en sus recomendaciones por un soporte financiero adecuado y sostenido, y exige el máximo esfuerzo de cooperación de las Administraciones educativas si se quieren hacer efectivas las medidas contra el fracaso escolar. En este sentido se subraya que el esfuerzo inversor en España(4,2 por 100 en relación al PIB), está aún por debajo de la media de la OCDE (5,4 por 100) y de la UE 19 (5,3 por 100),
En el informe se dice que la educación en España ha registrado importantes avances en las últimas décadas, y menciona entre ellos, la universalización de la escolarización en las etapas obligatorias, una elevación significativa del nivel educativo de la población y el alto porcentaje de población con estudios universitarios. Sin embargo, hace notar con preocupación que un 30 por 100 de los jóvenes españoles abandona tempranamente la educación, frente al 15 por 100 de la UE-27. Este dato ha ido evolucionando negativamente entre 2000 y 2006, habiéndonos alejado, así, un poco más del objetivo europeo para 2010, fijado en el 10 por 100.
En comprensión lectora, es según el documento del CES donde aparecen los datos más preocupantes. La evolución en los últimos años ha sido especialmente negativa, habiendo pasado del 16,3 por 100 en 2000 a casi el 26 por 100 en 2006, aumento que nos sitúa bastante alejados de la media de la OCDE y de la UE, y del punto de referencia fijado por ésta para 2010 (17 por 100).
Estos datos ponen de manifiesto la existencia de una proporción considerable de jóvenes que tienen dificultades para entender y aplicar lo que leen, lo que supondrá, en opinión del CES, un lastre para su trayectoria formativa y su acceso al mundo laboral en el futuro
Aunque el fracaso escolar responde a una multiplicidad de causas de naturaleza socioeconómica y cultural, el CES señala como uno de los factores más influyentes en el rendimiento educativo de los alumnos el nivel sociocultural de las familias, de manera que el alto índice de fracaso escolar que presenta España vendría explicado, en buena parte, por el retraso educativo acumulado de su población en relación a otros países
En consecuencia, el Informe dice que es necesario aumentar el esfuerzo inversor en educación, siendo mayor el esfuerzo que han de realizar las comunidades autónomas con menores niveles de gasto por alumno hasta lograr, al menos, una mayor equiparación con la media nacional. “La coyuntura económica actual” advierte el CES, “no debería suponer un obstáculo dado que la inversión en capital humano es clave para la recuperación económica y para el desarrollo de un modelo productivo más sólido y sostenible”.
El CES considera que el objetivo de alcanzar un buen sistema de educación y de formación y de una buena interrelación con el mercado de trabajo debe ser un proyecto compartido, convirtiéndolo en una cuestión de Estado sobre la base de un amplio consenso social y político.
El Informe considera la educación infantil, entre cero y seis años, fundamental para sentar las bases del aprendizaje posterior y para prevenir el abandono escolar prematuro.
El estudio del CES cree que la calidad de los centros educativos españoles es independiente de su titularidad pública o privada. Aunque señala que las instituciones educativas deben otorgar mayor respaldo a los centros sostenidos con fondos públicos, especialmente a los situados en entornos sociales menos favorecidos, dado que son los más afectados por el fracaso escolar.
En cuanto a la formación profesional para el empleo, el CES advierte de que es una pieza clave de la estrategia de formación permanente, de tal manera que el fortalecimiento y desarrollo de la negociación colectiva en este ámbito cobra especial relevancia como vía para lograr la efectiva realización de las potencialidades de este tipo de formación.
En este sentido el Informe subraya queson necesarias políticas de optimización de la inversión elevada que exige una FP de calidad y adecuadamente dotada de instalaciones, equipos y profesorado, de manera que los centros de FP se conviertan en verdaderos referentes de la oferta de formación profesional para todo el entorno social y productivo.
En torno a la FP, el CES considera que la participación de los trabajadores y de las empresas en actividades de formación es insuficiente. Sólo el 7,7 por 100 de los ocupados participa en acciones de formación continua. Sobre la formación de parados, se propone redoblar los esfuerzos en este terreno, dado que el peso económico y presupuestario continúa siendo significativamente menor en España que en el promedio de la UE, y la tasa de cobertura de la misma insuficiente.
El Informe también muestra su preocupación por los nuevos conocimientos, capacidades y aptitudes que exige un ritmo de cambio permanente, rápido y generalizado, por lo que aboga por aumentar la diversidad y la flexibilidad de la educación superior como mecanismo para afrontar los retos de un mundo globalizado y en constante transformación, y realizar una reforma curricular basada en la flexibilidad, en la transversalidad y en la multidisciplinariedad como mecanismo de respuesta a las nuevas necesidades económicas y sociales.
Esta misma preocupación se deja ver en el estudio a la hora de analizar la situación de la Universidad. En la actualidad, las universidades españolas son actores escasamente relevantes en términos de dinamización económica, social y territorial. Según el C ES,las empresas españolas, que son de por sí poco innovadoras en comparación con los países de nuestro entorno, colaboran muy poco con la Universidad en materia de innovación. En este sentido se apunta que tan sólo el 2,8 por 100 de las empresas innovadoras considera el vínculo con la universidad fundamental o prioritario para la innovación, y el grueso de las empresas que coopera con la universidad se concentra en cinco ramas de actividad: Industria química, Fabricación de maquinaria y equipo mecánico, Fabricación de material y equipo eléctrico, electrónico y óptico, Comercio y reparaciones, y Actividades inmobiliarias y servicios empresariales.
Ello a pesar de que el estudio de los salarios muestra que la opción universitaria arroja un relativo mayor rendimiento salarial, a corto y a medio plazo, con mayor progresión dentro de la empresa. Este dato no es en absoluto sorprendente, pero viene a recordar que la ventaja de la FP reside, sobre todo, en una más rápida inserción inicial.
Así pues, una de las circunstancias más frecuentemente asociadas a la peor inserción inicial y a las peores trayectorias es la baja cualificación. Como dato se aporta que el grueso del paro (el 70 por 100 en 2007) se nutre de trabajadores que sólo tienen cualificaciones básicas y carecen de especialización profesional; y la tasa de paro de éstos es más alta que la media.
Todo lo anterior permite afirmar, al margen de los numerosos matices que se han ido apuntando, que las personas con bajo nivel educativo tienen una más baja probabilidad de estar ocupadas.
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