Una orden pretende controlar las actividades extraescolares
La nueva orden que obliga a los centros escolares públicos a pedir autorización a la Secretaria Autonómica de Educación sobre cualquier programa de intervención en educación sexual o de cualquier otro contenido que quiera llevar a cabo como actividad extraescolar -incluso participar en encuestas o estudios universitarios- cuenta no sólo con el rechazo de las asociaciones de padres y de los partidos políticos de oposición.
Los docentes y los claustros han empezado a oponerse a esta normativa, de carácter censor. "Si se cumple lo estipulado en este proyecto de orden, se introducirá la práctica decimonónica del nihil obstat (o acto de censura), que ni siquiera el franquismo estableció para los entonces Institutos Nacionales de Enseñanza Media (el equivalente de los actuales Institutos de Enseñanza Secundaria)", advierten los profesores del claustro docente del instituto público Ballester Gozalbo de Valencia.
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