subvencionar con fondos públicos la excelencia educativa, si no se actúa también en el otro extremo de la distribución de rendimientos escolares, implica incrementar la desigualdad
Según pública confesión, el principal leitmotiv que esgrimirá Esperanza Aguirre en su campaña por la reelección a la presidencia de la comunidad madrileña será "educación, educación y educación". Una prioridad que la lideresa cifra sobre todo en su ya famoso "bachiller de excelencia", destinado a incentivar con fondos públicos la desigualdad educativa agravando la distancia que separa el rendimiento de los alumnos más aptos (aptitud que depende de su origen familiar según el informe PISA) frente a los más desfavorecidos: ese infamante 30% de fracaso escolar que nos sitúa en el último lugar de la comparación internacional.
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TAmbién resulta interesante el análisis "Donde digo liberalismo hago intervencionismo" en el que Xavier Vidal-Folch es la jugada de Esperanza con Bankia y el Canal de Isabel II.
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