Las aulas no deben ser un laboratorio en el que realizar experimentos favorecedores de ideologías conservadoras y fundamentalistas
Siento últimamente inquietud y preocupación por la creciente publicación y aplicación de estudios realizados desde diversas instituciones y organismos (económicos, políticos, religiosos, psicológicos...) en torno al tema de la separación de sexos en las aulas, argumentando que los chicos y las chicas por separado obtienen mejores resultados académicos.
Dudo de estas afirmaciones seudocientíficas, dado que las variables condicionantes de dichos resultados son siempre diversas y aleatorias, pero sobre todo y fundamentalmente debemos tener muy claro que el objetivo de la Educación no es la consecución de unos varemos académicos concretos, sino el pleno desarrollo integral del ser humano, en su proyección personal y social.
¿Cómo lograremos erradicar la violencia de género, borrar estereotipos sexistas, condenar comportamientos y actitudes machistas e integrar con pleno derecho a todas las personas, sea cual sea su tendencia sexual, en la vida familiar, económica, social y cultural?
Las aulas no deben ser un laboratorio en el que realizar experimentos favorecedores de ideologías conservadoras y fundamentalistas, sino el germen y el reflejo de la vida en sociedad, donde alumnos y alumnas aprendan a conocerse, entendiéndose en lo común, a respetarse en las diferencias para enriquecerse intelectualmente y a colaborar en la construcción de una sociedad más libre, justa e igualitaria para todos. La coeducación es, sin duda alguna, el mejor instrumento para conseguirlo.
Fuente: El Paísresto del post
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