¿Es Providencia el segundo nombre de la "Condesa de los Calcetines"?
En el panel de experiencias "Colegios nuevos o en expansión” responsables de cuatro colegios situados en barrios y realidades muy distintas explicaron las dificultades que supone crear un nuevo centro, pero también lo alentador y estimulante que es verlo crecer, ver que en un momento de crisis de valores los padres, muchos de los cuales estudiaron en colegios católicos, demandan para sus hijos una formación cristiana.
No obstante, todos ellos subrayaron que aunque uno de los retos mayores es el de encontrar financiación, ya que la construcción de un nuevo centro supone un coste desproporcionado para las instituciones religiosas y muchas veces hay que confiar en la “Providencia”, la clave para la creación de un centro católico está también en la selección y formación de un profesorado comprometido con el proyecto educativo cristiano.
Todos ellos, Antonia Mª Bernal, del Colegio Doroteo Hernández de Coslada, Mª Ángeles Fernández, del Colegio de las Mercedarias de Tres Cantos, Luis de Lezama, del Colegio Santa María la Blanca de Montercarmelo y Julián Muñoz, del Colegio San Agustín-Los Negrales, de Guadarrama, coincidieron en que la llegada del colegio concertado católico ha supuesto un antes y un después en los barrios donde se han situado, porque aunque estaba cubierta la demanda de escolarización faltaba el ambiente de familia y de espiritualidad de un centro cristiano.
Mª Ángeles Fernández pronunció una frase que, sin duda, resume el mensaje que todos ellos transmitieron a los asistentes: “Pensad en ello, la comunidad nos necesita. ¿Por qué no podemos estar allí donde Madrid crece?”.
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