"Hay un desmedido afán privatizador que deteriora la red pública"
Señora presidenta:
"Hay un desmedido afán privatizador que deteriora la red pública"
La sanidad en la Comunidad de Madrid es una preocupación permanente para los ciudadanos y los profesionales de la salud. Desgraciadamente, la situación ha empeorado de manera notable desde la finalización de las transferencias y lleva visos de hacerlo más aún.
En 2001, cuando la sanidad pública pasó a la Comunidad, la red hospitalaria y de atención primaria estaba situada a la cabeza del país, tanto por recursos profesionales y tecnológicos como por su calidad y aprecio entre la población. Hoy, y según los datos del último Barómetro Sanitario, ha retrocedido de manera notable: su puntuación se sitúa por debajo de la media de las comunidades y el porcentaje de ciudadanos que piensan que fue buena o muy buena la atención recibida en los hospitales, urgencias, consultas de los especialistas y de atención primaria es el más bajo del país.
Fuente: El País
Otro tanto puede decirse de las listas de espera. La quirúrgica, sometida a una intolerable manipulación por la que los enfermos aguardan a entrar en la lista de espera (de ser vistos por el anestesista, que es cuando se comienza el cómputo oficial) más tiempo del que permanecen en las estadísticas oficiales, motivo este que le ha valido a Madrid el dudoso honor de ser la única comunidad expulsada de las estadísticas oficiales del Ministerio de Sanidad. Y lo mismo sucede con las listas de los especialistas, en las que un ciudadano puede esperar 131 días para la primera consulta en uno de los flamantes nuevos hospitales a pesar de que se recomienda una demora máxima de 15 días según el Ministerio de Sanidad y de 40 según la propia Comunidad, y todo ello sin hablar de las esperas para resultados o consultas sucesivas, que superan fácilmente los 200 días.
La red hospitalaria pública ha sufrido un deterioro significativo. Los nuevos hospitales, lejos de incrementar las camas y los profesionales, no han hecho más que cambiar su ubicación, tal y como se refleja con el hecho de que, según los datos que ustedes mismos facilitan, y que muy probablemente están maquillados, el número de ingresos, consultas e intervenciones quirúrgicas por 1.000 habitantes no se ha incrementado en la región, y todo ello se ha conseguido a un precio exorbitante, beneficiando a intereses privados y no a la atención sanitaria. Estos nuevos centros, pensados como minicentros, salvo Majadahonda, no reúnen las condiciones para garantizar una atención sanitaria de calidad, y aumentan la ineficiencia del sistema en su conjunto.
Tres son las causas principales de este desbarajuste: una inversión sanitaria notablemente baja (Madrid es la penúltima comunidad en presupuesto per cápita), un desmedido afán privatizador que deteriora intencionadamente la red pública para favorecer los negocios privados y, por fin, la más absoluta incompetencia de los responsables sanitarios, a los que les florecen el amiguismo, la colusión de intereses con lo privado, la improvisación y la falta de conocimientos.
Es el momento de rectificar, de incrementar el presupuesto sanitario, las infraestructuras y los profesionales de la sanidad pública, de frenar las privatizaciones y de poner por delante de los intereses económicos de unos pocos la garantía de un servicio público fundamental. Puede y debe hacerlo.
Marciano Sánchez Bayle es médico y presidente de la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Madrid.
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