El derecho a cuidar y ser cuidado. Educación: pública y de calidad
Lo mismo, las principales medidas referidas a la educación extractadas del programa electoral de izquierda anticapitalista
Ver el programa entero en el enlace
1.9. Cuidados: el derecho a cuidar y ser cuidado/a
Habida cuenta de la histórica identificación del trabajo de cuidados como responsabilidad de las mujeres y la falta de responsabilidad pública y social a la hora de de asumir esta actividad, es necesario tomar medidas tanto para garantizar la asunción de la responsabilidad del cuidado por parte de los gobiernos como una socialización de dicha actividad, la cuál necesariamente pasa por dejar de identificarla como “cosa de mujeres”.
* Creación de la Directiva Europea del Cuidado Universal, que garantice el acceso al cuidado público gratuito de calidad a todas las personas en situación de autonomía restringida.
* Esta Directiva ha de obligar a los estados miembro a aprobar legislación que garantice estos derechos y a destinar todos los recursos necesarios para llevarla adelante.
* El desarrollo de equipamientos sociales para facilitar la vida cotidiana de las mujeres y del conjunto de la sociedad.
* Una gran red de servicio público y gratuito de cuidado infantil abierto las 24 horas, dotado de personal mixto.
* Creación de casas de infancia pública y gratuita que integren guarderías y parvularios.
* Una gran red de servicios públicos que integre también la ayuda a domicilio de calidad y gratuitos para las personas en situación de dependencia.
* La puesta en marcha de una educación no sexista en las escuelas y en los institutos y la formación específica contra la violencia machista
* Control exhaustivo del sexismo en la publicidad y los medios de comunicación.
* Campañas de sensibilización social
* Legislación que garantice las condiciones laborales de los cuidadores y cuidadoras a la par que las de todas las trabajadoras.
1.10. Educación: pública y de calidad
Hacemos nuestra lo afirmado en la “Declaración del Foro Social Mundial de Porto Alegre” y entendemos “La educación pública para todos como un derecho social inalienable, garantizada y financiada por el Estado, que no se puede reducir a la condición de mercancía”.
La educación es un derecho universal, no una mercancía. No es una preparación para el mercado (de trabajo) aunque pueda ser también cualificación profesional. Es un proceso de socialización, de construcción de cultura (es decir de apropiación y re-creación), de participación en una tradición cultural que entendemos como algo vivo y de desarrollo de un pensamiento crítico. Es un espacio privilegiado en el que establecer vínculos sociales y tender puentes entre las distintas generaciones. Un espacio de respeto, tolerancia y mutuo aprendizaje. Valores opuestos a los que los que el capital asigna a la escuela: instrumento básico para aceptar las leyes del mercado, interiorizar valores como competitividad y un despiadado darwinismo social, domesticar cualquier asomo de rebeldía... Lo que hoy en día se denomina la “cultura del esfuerzo”.
La educación no es un negocio privado, es un bien público. En el Estado Español, y cada vez en mayor medida en el ámbito de la UE, se va confinando la Enseñanza Pública a una labor asistencial, de atención al alumnado más desfavorecido; las escuelas públicas se convierten en guetos, afrontando unas condiciones cada vez más insostenibles, ejerciendo una labor de control social de una juventud desestructurada y , a la vez, de trasmisión de una “mínima” cultura general que perpetúa la marginación social permitiendo la incorporación, en el mejor de los casos, a los escalones más bajos del mercado laboral en condiciones de extrema precariedad (o directamente a engrosar las filas del paro).
Defendemos una enseñanza en libertad. Una escuela pública, laica, donde se enseñe y practique la tolerancia pero en el que se excluya cualquier tipo de adoctrinamiento, y por supuesto el religioso, una escuela para la que la coeducación es principio irrenunciable, con recursos suficientes, de todos y para todas y todos, que fomente la igualdad, la solidaridad, el respeto mutuo, la aceptación de las diferencias, la superación de cualquier discriminación... El adoctrinamiento religioso no debe estar presente en la escuela, las clases de religión deben salir de la misma
Por ello exigimos:
* Que ni un solo euro de dinero público se dedique a la escuela privada, no a los conciertos educativos, desaparición de la enseñanza concertada; que no se ceda suelo público para colegios privados, ni un metro cuadrado de suelo público para regalo a los negocios de la escuela privada. El dinero de todos es para la enseñanza de todas y todos.
* Gratuidad absoluta de la Escuela Pública desde la educación preescolar a Primaria, Secundaría y Universidad. La educación es un derecho, no una mercancía.
* Supresión de todo tipo de ayudas y control de los centros privados cuyo ideario pueda suponer el adoctrinamiento del alumnado. El estado debe garantizar una enseñanza en libertad, respetuosa con las creencias individuales y el libre pensamiento, pero no financiar ni autorizar centros en los que se adoctrina al alumnado. Frente al derecho, al parecer sacrosanto, de los padres a que la escuela eduque en sus creencias a sus hijos, se alza el derecho de todas y todos (y en particular de los más jóvenes) a recibir una educación que a nadie excluya y que permita el desarrollo libre y solidario de las personas.
* NO AL PLAN BOLONIA: Por una Universidad Pública y de calidad, al servicio de las necesidades de la población y no del mercado y de la precarización laboral. Por una política cultural que favorezca la creación artística desmercantilizada, el copyleft y los medios de comunicación alternativos frente a las multinacionales multimedia.
Frente al beneficio privado y el adoctrinamiento ideológico está lo que debe hacerse realidad cada día en la escuela: la esperanza y la certeza de construir entre todas y todos un futuro, que por ser público, a todos pertenezca; en el que nos podamos reconocer como libres e iguales.
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